Por Isak Haras
Muy bien, el título solo era para capturar su atención; el Poder Judicial no tiene colaboración formal alguna con una papelería. Pero cualquier persona que haya trabajado en un despacho de abogados probablemente sabe ni el mismo Office Max tiene en su posesión ni utiliza tanto papel como un despacho. Demandas, escritos libres, promociones, contestaciones, libros corporativos, acuses de trámites, etc., entre una lista interminable de documentos que se imprimen todos los días para llenar cuartos y bodegas masivas enteras en el Poder Judicial y en inmuebles de otras autoridades. Y en las oficialías de partes, las malas costumbres: rechazar trámites o promociones porque la hoja está impresa por ambos lados, las solicitudes de decenas de traslados, las prevenciones para realizar correcciones irrelevantes a los escritos, entre cientos de otros motivos que generan una cantidad de papel impreso inagotable.
Lo anterior, todavía sin mencionar los costos, monetarios y ambientales, de realizar trámites o ingresar promociones. Sacar miles de copias para entregar una sola promoción en un expediente requiere la tala de muchos árboles para satisfacer la demanda por papel. Además, no importa qué tan gratuito sea ser atendido por el Poder Judicial, cuando tienes que gastar tanto dinero en copias. Recientemente, acudí a una papelería a sacar copias para un trámite menor, y me comentaron que el costo de cada copia a color (porque hay autoridades que rechazan copias que no son del mismo color que las originales) era de 14 pesos. Ahora, multipliquen esa cantidad por 2000, asumiendo que en una demanda, denuncia u otra promoción importante ante un juzgado federal, es probable que se saquen ese número de copias, con la finalidad de presentar juegos completos. ¿Seriamente queremos darle $28,000 pesos a Office Max en una sola ida para demandar a alguien, o aún peor, para responder a una demanda? A ellos seguramente no les molesta, pues de buena fe ponen a disposición sus amables servicios de impresión para que nosotros podamos cumplir, pero no se trata de gastar cantidades absurdas de dinero en copias, cuando hay mejores alternativas.
¿Qué puede hacer el Poder Judicial y muchas autoridades administrativas para reducir el enorme problema ambiental, económico e incluso de eficiencia relacionado al papel? Sencillo, oficialías de partes virtuales. Muchos órganos ya lo han implementado, pero otros no, y en muchos casos, tampoco son plataformas del todo accesibles para los usuarios, que entonces preferirán ir a perder su tiempo a las oficialías de partes físicas. Parece que convertir las promociones en juicios a un modo digital tiene grandes ventajas. Primero, lo obvio, ahorra mucho papel, y ayuda a mitigar los riesgos ambientales, en un sector que contribuye significativamente al uso excesivo de papel. Segundo, garantiza que activar la maquinaria jurisdiccional para hacer valer tus derechos no requiera gastos monumentales de dinero, que a veces pueden hasta exceder el valor de lo reclamado. Tercero, hace más accesible y eficiente el uso de los documentos; el servidor público no tiene que mover cientos de papeles para encontrar el que necesita, sino que los puede tener fácilmente acomodados en un ordenador, y las partes pueden consultar el estado de sus procesos fácilmente. Cuarto, ¿han escuchado el cliché del pasante yendo a formarse a la oficialía por horas para presentar una promoción? Eso se acabaría; no más traslados largos, filas de cientos de personas ni funcionarios ineptos que se niegan a recibir trámites por minuciosidades. El sistema entero quedaría automatizado.
En conclusión, sería una idea muy productiva que el Poder Judicial y en general, las autoridades que reciben promociones, inviertan en plataformas digitales para presentar trámites. El ciudadano gana en hacer valer sus derechos de forma eficiente, la autoridad gana en mantener mayor orden en la documentación, y todos ganamos sin tener que talar cientos de árboles por día para poder imprimir todo lo que se necesita para integrar un expediente. En efecto, sería monetariamente costoso hacer esta transición, pero pensemos en ello como una inversión y no como un gasto, pues en el largo plazo, reduce costos operativos. Lo siento por Office Max, que ellos son los únicos que sí pierden…
Isak Haras: Pasante con carrera terminada en proceso de titulación, en Derecho y Relaciones Internacionales, originario de la Ciudad de México, con práctica en los sectores de atención jurídica corporativa y regulatoria, ex-ITAM (2016-21).

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