Por: Mariana Aldrete
Las mujeres han transformado diversos ámbitos de la vida pública a través del tiempo, la política no es la excepción. Apenas hace algunos años, en 1985 los gobiernos y parlamentos de los países pertenecientes a la ONU se comprometieron a promover y garantizar la igualdad de género en todas las esferas de la vida política en cada uno de sus territorios. En la actualidad el 18.6% de los puestos parlamentarios están siendo ocupados por mujeres, lo cual demuestra un avance significativo a comparación de los puestos ocupados en aquellos años. Inclusive la Organización de las Naciones Unidas ha establecido que los prejuicios y las percepciones culturales sobre las funciones de las mujeres, la falta de recursos financieros y la indiferencia de las instituciones siguen impidiendo el acceso de las mujeres a la política y su participación en ella.
México no es la excepción a la regla, la participación política de las mujeres se ha visto bloqueada y manipulada por el sistema dicotómico patriarcal desde el inicio de la República. La falta de participación de las mujeres se refleja en un desarrollo político, económico y cultural carente de la perspectiva de género y que continúa creciendo sobre las bases del machismo que históricamente ha asediado a nuestro país.
La violencia de género, tanto en el ámbito cultural como en el sector político ha viciado la participación de las mujeres y las ha convertido en objeto de manipulación por parte de los partidos políticos y actores relevantes en la materia.
Bajo este contexto podemos analizar los cambios y los avances que se han reflejado hasta el día de hoy en el sistema político-electoral de nuestro país. En junio del año pasado el padrón electoral mexicano eligió al mayor número de gobernadoras de la historia (6), y apenas este pasado 05 de junio se sumaron otras dos gobernadoras a la lista. Con estos triunfos las mujeres han obtenido la gubernatura en siete de las treinta y dos entidades federativas del país. Estos resultados van llevado al país a una transformación política y sientan un precedente relevante frente a las próximas elecciones presidenciales que se llevarán a cabo en el 2024.
Promover la formación de liderazgos políticos femeninos, así como garantizar los derechos político-electorales de las mujeres debe ser una prioridad en la agenda de nuestro país. Estos objetivos permiten que se promueva una mayor confianza y participación ciudadana hacia las instituciones que gobiernan el territorio mexicano. Los cambios que están sucediendo año con año permiten que las agendas políticas diversifiquen y atiendan situaciones que la política machista no lleva a consideración a la mesa. Las mujeres abren una ventana de oportunidad para trabajar más de cerca con temas sociales, de igualdad de género, prevención y atención a la violencia, así como políticas públicas que permitan eliminar las brechas que existen en ámbitos laborales, del hogar, entre otros.
La paridad de género no se había incluido en las legislaciones de nuestro país, sino hasta 2014 cuando se incluyó por primera vez en nuestra Carta Magna como consecuencia de la lucha feminista de decenas de mujeres que lograron la emisión de una jurisprudencia al respecto. Posteriormente, después de otros esfuerzos, el Instituto Nacional Electoral ordenó en 2021 que cada partido debía incluir al menos 7 mujeres entre los 15 candidatos a gobernador. Estas acciones han llevado el ejemplo para otras mujeres y permite que las oportunidades sigan creciendo cada vez más.
A pesar de los esfuerzos que se han llevado a cabo en México, inclusive dentro de los distintos ordenamientos jurídicos, para buscar una mayor participación de las mujeres en la política, al día de hoy aún existe mucho por hacer, la capacidad de las mujeres se pone en duda, la discriminación y el poco reconocimiento no hacen falta y el acceso desigual al financiamiento para las campañas es una realidad. Es necesario reconocer la brecha que aún existe en esta materia y seguir implementando medidas que permitan incluir en igualdad de condiciones a las mujeres en cargos de elección popular.
Mariana Aldrete Arellano: Abogada egresada de la Universidad Panamericana, especialista en materia de amparo y género, con experiencia en litigio penal y compliance. Comprometida con el desarrollo integral y libre de violencia de género de las mujeres, adolescentes y niñas de México.
* Imagen propiedad del Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal. Disponible en: https://www.gob.mx/inafed/articulos/64-aniversario-del-voto-de-la-mujer-en-una-eleccion-federal-en-mexico

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